sábado, 2 de marzo de 2013

Sus besos, su olor..

Escuché una vez a un viejo decir en un bar que el hombre con el tiempo se acostumbra a todo. Se acostumbra a vivir en Laponia, a menos de 40 grados; o en Barbate, a más de 40... Se acostumbra a estar en una silla de ruedas, a perder un brazo, a no tener padre... incluso a vivir en un puñetero barco en el fin del mundo. Decía ese viejo que era nuestra estúpida manera que teníamos de ser felices y seguir adelante.

Pero hay cosas a las que no te costumbras ni con todo el tiempo del mundo. NO te acostumbras al HUECO DEL OTRO LADO DE LA CAMA, JAMÁS te acostumbraras a NO ver su sonrisa, a NO notar su olor, ni sus BESOS, ni a que se te REVIENTE el alma cuando te mires al espejo... y te das cuenta que eres el gilipollas más grande del mundo por haber DEJADO ESCAPAR AL AMOR DE TU VIDA.

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