viernes, 21 de diciembre de 2012

TGT


Querida Gin-tonic:
Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde. Describir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca, que como tú me enseñaste en cuanto acabe de escribirla la quemaré, mis sentimientos se pondrán a arder, y así el dolor, ¿cómo era?, ¿cómo decías tú?. Ah ya, así el dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser claro. Sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, contigo, que la he cagado pero bien, desde el principio. Que he intentado avanzar sin apartar antes las cosas que me lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar. Qué locura, Gin. Empeñado en quedarme ahí, en medio de un lado y el otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar. ¿Dónde está ese reto del futuro, Gin?. Puede que esté en fijarse bien y en avanzar. Mirar más cerca, más, tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Claro. Hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros, solo que las cosas pasen. O no. Si. No. Si. No. Si. No. Yo ahora lo tendría claro, pero ahora ya no depende de mi sino de ti. Te quiero.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Nos sobran los motivos

Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojalá,
estas cenizas no juegan con fuego, 
este ciego, no mira para atrás.
Este notario, firma lo que escribo.
Esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo
estas vísperas son las de después.
A este ruido, tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir,
este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por tí.